Érase una
vez… una niña llamada Caperucita Roja. Iba a casa de su abuela, le llevaba una
cesta que tenía panes y vino, porque la abuela estaba un poco pachucha.
Aquel día su
mamá le advirtió que no se entretuviese con nadie. Pero de camino, se encontró con
un cachorro de zorro que estaba solo. Lo llevó a casa de su abuela, y la abuela
le riñó. La niña le dijo que no le riñese porque el cachorro estaba solo.
El zorrito
empezó a morder los cojines, pintó las paredes, rompió un jarrón y se comió
toda la sopa. El pobre zorro hizo todo esto, porque no estaba acostumbrado a
estar en una casa, era un animal salvaje, y no estaba con su madre. Una casa no
es sitio para un zorro, su casa es el bosque.
Entonces,
Caperucita y su abuela fueron al bosque a buscar a la familia del cachorro. De
repente, vieron unas huellas y oyeron ruidos de zorros, siguieron el rastro, y
detrás de un arbusto, escondidos en una cueva, encontraron a sus padres y a sus
hermanos buscando al pequeño zorro.
Caperucita y
su abuela se hicieron amigos de la familia de los zorros, que estaban muy
agradecidos.
Caperucita y
la abuela volvieron a casa contentas, y se tomaron un chocolate con churros,
calentitas en la chimenea. Después de tomar el chocolate, Caperucita dejó la
cesta en casa de la abuelita, se despidió y se marchó.
Cuando llegó
a casa le contó a sus padres la historia que le había ocurrido, y desde
entonces, visitaban a su abuela a menudo, y juntas visitaban a la familia de
zorros… y colorín colorado, el cuento de Caperucita Roja, por los alumnos de
2ºA, se ha acabado.
Había una vez una niña que tenía una capucha roja y su madre
le dijo que fuese al bosque, ella fue por el bosque. También su madre le metió
muchos pasteles. Y cantando llegó a casa de la abuela.
Esa niña se llamaba Caperucita Roja porque le encantaba llevar
una caperuza roja. Por el camino se encontró con un lobo, el lobo le dijo que
fuese por el camino más corto y que él iría por el camino más largo. Y
Caperucita fue por el camino más largo y llegó a casa de su abuela. Pero estaba
la puerta cerrada y no podía entrar, al final rompió la puerta.
Entró a ver a su abuela y le dio unos pasteles, entonces vio
que era el lobo. El lobo se quería comer a Caperucita. Después Caperucita se
escapó, se fue a su casa y le contó a su padre lo que había pasado.
* Si queréis añadir alguna parte o final al cuento, podéis escribirlo entrando en "comentarios".
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